Esta es la última entrada de la serie
sobre componentes eléctricos, en la que hablaremos sobre las bobinas. Una
bobina es un componente que se opone a los cambios bruscos de corriente.
Generalmente están formadas por un núcleo de material ferromagnético
(generalmente acero magnético) alrededor del cual se arrolla un hilo conductor
(generalmente de cobre) en forma de espiras.
Para oponerse a los cambios bruscos de
corriente, las bobinas almacenan energía en forma de campo magnético. La
aparición de este campo magnético provoca en la bobina una caída de tensión que
es directamente proporcional a la variación de la corriente en el tiempo. La
constante de proporcionalidad de esta relación se conoce como coeficiente de
autoinducción (L), el cual, en el Sistema Internacional, se mide en Henrios
(H).
El coeficiente de autoinducción de una
bobina aumenta cuanto mayor es el número de espiras que se arrollan en el núcleo
ferromagnético. También aumenta al aumentar la sección del hilo conductor. Por
el contrario, cuando aumenta la longitud del hilo conductor (ojo, no necesariamente
el número de espiras) o disminuye la sección del mismo, el coeficiente de autoinducción
disminuirá.
En el caso de las bobinas, el coeficiente
de autoinducción de las uniones en serie y paralelo se calcula de la misma
manera que en el caso de las resistencias, de forma que para una unión en serie
se suman los coeficientes de autoinducción:
Aquí un ejemplo muy sencillo de cálculo:
En el caso de una unión de bobinas en
paralelo, el coeficiente de autoinducción total es igual a la inversa de la
suma de las inversas de los coeficientes de autoinducción:
De nuevo, aquí tenéis un ejemplo de
cálculo muy sencillo:
Aquí acaba la serie de componentes eléctricos.
Espero que os haya resultado de utilidad y tengáis ahora más claros conceptos
básicos sobre resistencias, condensadores y bobinas y su cálculo en el análisis
de circuitos.
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